Temáticas abordadas: diferencias entre «ir al psicólogo e ir al psiquiatra». Metáfora del «equilibrista», ante las diferentes situaciones acontecidas en la vida de cada sujeto, en adolescencia y adultez. Diferencia entre tiempo cronológico y tiempo interno. Importancia del espacio de atención psicológica.
Entrevista comienza desde los 14 minutos y 20 segundos, a 20 minutos y 43 segundos.
«No puedo tener sexo, no me animo… no me gusta mi cuerpo, soy un desastre. Imagínate, si mi cuerpo me parece horrible… cómo le va a gustar a otro?».
«¿Por qué a veces durante el acto sexual no siento nada?, es como automático… y luego no queda nada, solo sensación de vacío».
Estas
preguntas y algunas variantes, se escuchan con frecuencia en el consultorio.
El
“tener sexo” suele encontrarse cargado de ilusiones y fantasías en algunos
casos, así como de diversos temores, presiones y prejuicios en otros. Al
momento de transformarse en acto sexual, se distancia de lo anticipado, ya sea
por las propias “cargas emocionales” (peso extra que impide la conexión con
otro, y con uno mismo), o por no acercarse a lo imaginado previamente.
Culturalmente
estamos habituados a asociar aquello que nos hace sentir un costo, con las
actividades que generan cierto displacer, siendo en muchas ocasiones
actividades estas referidas a responsabilidades no elegidas.
¿Pero qué sucede cuando
nos encontramos con aquello que deseamos?
“Es
mi mente quien manda, mi cuerpo solo obedece. Es mi mente quien avanza mientras
mi cuerpo solo sufre las consecuencias de sus decisiones.
Buscar
lo inalcanzable, la conquista eterna, la vara siempre un poco más alta. De eso
se trata esto, no es físico aunque así lo parezca, las apariencias engañan. Mi
deporte, mi pasión, en los hechos tangibles de mi mente, consiste en,
simplemente, ir siempre un poquito más allá..
Algo
masoquista no lo niego, sobreponer al físico al desgaste extremo, al organismo
a extremos, pero sin dudas a tu mente al más imponente control, para continuar,
para proseguir, para avanzar, aunque duela, aunque cueste, aunque no quieras
más, en el fondo, Queres”.
Federico
González, Atleta de Fisicoculturismo Internacional.
Históricamente se ha debatido en torno a la dicotomía mente-cuerpo.
Es válido preguntarse por el impacto del estado emocional y mental en
el cuerpo, así como el reflejo que devuelve el propio cuerpo afecta al mundo
interno.
Curioso siglo XXI, en que prepondera la imagen y su reflejo como forma
de poder social y autovaloración personal; y a su vez ese mismo cuerpo que se
valora es “estallado” por la propia mente ante situaciones emocionales no
resueltas.
En los últimos años del siglo XX, prepondera en lo vincular una tendencia a la desaparición de la «familia nuclear» (vínculos sostenidos por años: madre, padre e hijos conviviendo en un hogar), hasta volverse casi una excepción.
Hace su aparición la “familia
ensamblada”: forma de llamar a vínculos de duración cronológica más corta,
sujetos que se otorgan poco tiempo para conectarse y conocerse, apareciendo
nuevas formas de pensar una convivencia.
En pleno siglo XXI, sostener una relación
de pareja desde un lugar saludable se ha vuelto algo complejo.
No todo es lo que parece, detrás de cada figura que resplandece alguna sombra no se muestra y el peso de su sentir se padece…
Un paciente arriba al consultorio, sus primeras palabras se materializan… Fotografía palpable de su momento interno, figura que oculta sentir-es velados, decir-es de su historia alumbraran las sombras de su pasado. Una figura de papel, simpleza de su florecer que enternece, juego de sombras… por detrás su otro reflejo oscuro aparece.
Retratos de vida, congelan y eternizan para la posteridad una imagen. Imagen sentida, que atraviesa transversalmente lo superficial de una figura, mostrando las emociones y sentir-es de un momento de vida. Retratos que permiten la ruptura de la linealidad temporal, posibilitando en una “barrida de ojos”, encontrarnos con el pasado y el presente (presente que en unos instantes formará parte de la historia pasada).
«Arrugas se dibujan en tu rostro… mapas de experiencias vividas se inscriben retratando los recuerdos de historias sentidas. Bella cara da cuenta de décadas de sabiduría, hablando las biografías de distintas generaciones, valiosas expresiones trascienden los ideales de cada prole, escritas en el discurso de tus oraciones.