Este texto surge a partir del pedido de una paciente que atiendo hace unos años en consultorio. Ella padece Mistenia Gravis, enfermedad neuromuscular autoinmune y crónica caracterizada por grados variables de debilidad de los músculos esqueléticos del cuerpo. Los principales síntomas son: visión doble, caída de párpados, debilidad en piernas y brazos, dificultad para hablar, tragar, y respirar.
Uno de los síntomas que más la afectan es la visión doble, siendo sus ojos uno de los órganos más afectados.
Hace unos años se produce una situación de extremo dolor en su vida: fallece su esposo y compañero a causa de una enfermedad neurodegenerativa.
Su marido fue una persona muy activa y atlética, que trabajó toda su vida como guardavidas en las playas de nuestra ciudad, siendo gigante el impacto por el abrupto deterioro de su cuerpo.
En el momento de su fallecimiento, aparece la pregunta acerca de la donación de órganos, viéndose frente a una decisión difícil y dolorosa: los únicos órganos con posibilidad de donación eran sus ojos.
Difícil decisión para una madre y sus hijos ante la pregunta de donar, difícil luego para quienes quedan cuando esa persona se va.
Mayor es la huella sentida cuando los únicos órganos posibles de donar, coinciden con aquellos que en el propio cuerpo de la paciente han generado sufrimiento en su vida.
Quien sabe lo que se sufre por no ver, dimensiona el valor de donar la posibilidad para que un otro pueda recuperar su visión, pueda dar vida a su mirada.
Ojos que fueron donados, y los años pasaron…
En sus decir-es expresa: “Fueron dos años pensando si sus ojos le habían permitido volver a ver a alguna persona. Me enteré que las donaciones fueron exitosas. Dos familias están muy agradecidas, dos personas pueden ver. No fue fácil. Ahora siento mucha Paz. Necesitaba saber. Si me ven llorar es de emoción, no porque me duela. No sé si me pueden entender.”
¿Si habitualmente cuesta dar algo a un otro (objetos materiales), cómo donar aquello sobre lo que se asienta (sustrato material: el cuerpo) la mente y el alma?
Ojos que siguen mirando, ojos donados. Ojos de guardavidas que ayudaron a salvar vidas, ojos donados, ojos salvados que rescatan ahora miradas…
Lic Germán Rothstein
Pintura realizada y nombrada por la paciente: «El Sueño».
Firmado por: SAFE CREATIVE, S.L.. A fecha: 03-jun-2018 19:28:33 UTC
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Excelencia y Alto vuelo Germán. Gracias por compartir el futuro.
Cuánta generosidad, nos deja ver la solidaridad y el amor de esa señora y no presisamente con los ojos, se vé con el corazón
Excelente nota. La señora debe quedar tranquila, se la entiende perfectamente. Una inmejorable manera de dar sentido a su vida y a la vez, dar calidad de vida al semejante. Estoy convencido que una de las formas de dar sentido a nuestras vidas es la donación de órganos para nuestros semejantes. Reitero, muy buen mensaje/