Algunas personas se vinculan sintiendo como condición de «ser amados», el sentirse necesitados.
Media Naranja: ¿fantasía de completud?
Culturalmente, se repite una falacia: «si el otro no está, te encuentras incompleto», invitación a buscar la media naranja, ácida creencia que genera malestar.
Existen modelos vinculares que buscan en el otro no solo el amor, sino también el sentirse necesitado como condición de ser valorado.
Fantasía de completud, de llenar el vacío interno, tapando la propia falta.
«Estar solo con uno mismo»
Condición difícil de lograr, ante el insoportable vacío del ser, al enfrentarse a solas con el mundo interior.
Si se mira al exterior a partir de los ojos de otro, ¿uno se da lugar a sí mismo, permitiéndose elegir?
Cuando la mirada ajena es la guía de un vínculo, se renuncia al propio deseo, cediendo el poder.
Al decir de Sigmund Freud: «Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos».
Encontrarse desde el amor, respetando mutuamente la libertad e independencia, sana intersección difícil de lograr.
«Desde que me dejó, no se qué hacer, me hace falta»
Frase que denota como la persona que deja, «marca y hace una falta» en quién es dejado.
Privación que enfrenta a cuestiones no elaboradas del mundo interior, llevando a buscar reiteradamente eso que se carece en el otro.
¿Repetir o cambiar para crecer?
Cuestionar la queja, abriendo como posibilidad pensar aquello que se carece.
Aprender a estar solo con uno mismo, conociendo lo que falta y convivir con eso. Habilitar «eso que falta» como motor del propio deseo, sin caer en la tentación de buscarlo en otro o padecer en la repetición de la queja, creciendo desde la propia diferencia.
Texto: Lic. Germán Rothstein.
Imágenes: Pixabay.