«Mar de agujas»
Ninguna hora es mejor que otra en ese bailecito que las agujas proponen para perforar el tiempo. El segundero es la infancia diaria de pequeña familia anticuada. De la mayor sepamos que avanza como un adulto, aborrecido por las otras, por todos. Y la peor de ellas, la de las horas, la diminuta y crucial, es la mancha de nuestros males. Nos guía sigilosa y robusta, está entrada en carnes, de baja estatura, cínica pero tímida. Se ofició y preparó toda su técnica para que aprenda a saborear la ventura de ver nuestro estrecho paso continuo de desfile de tres en círculo en un efecto de sentido como el mismísimo tiempo.
Texto de Mauricio Gutiérrez.
Foto de Chema Madoz.
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