Cuando se habla de amor, existen múltiples lenguajes, edificando cada persona el propio. En el encuentro con otro se produce una articulación, dando lugar al “idioma de la pareja”.

“En búsqueda del amor”

La historia de la humanidad presenta diversos relatos románticos, con variados estilos, desde tragedias a comedias. Es tan intensa la búsqueda del amor, como la dificultad de encontrarlo y sostenerlo. La necesidad de “alguien a quién amar”, cala hondo en la subjetividad, atravesando diversas generaciones.

“Un baño de lenguaje”

Al nacer y llegar al mundo, el ser humano es bañado por el lenguaje y la cultura. Tomando como referencia a Lacan, el lenguaje crea al sujeto, quien a su vez irrumpe en el lenguaje, siendo un vínculo reciproco.

A medida que se crece, cada persona se habla a sí misma, y es hablada por otros. Y el amor no escapa a esta lógica.

“Hablando al amor”

El relato del amor, se construye y retroalimenta, siendo una de las bases para sostener un vínculo. Así, existe un lenguaje propio e íntimo de la pareja, y luego múltiples discursos que se generan en las charlas con amigos, familiares, e incluso en los espacios terapéuticos.

Cuando aparecen problemas, se suele escuchar la temida expresión: “tenemos que hablar”, siendo un indicador más de la importancia de “hablar el amor”, para poder renovarlo y darle vida.

“¿Mentiras?”

“Mentir está mal”, pero forma parte casi irrenunciable de algunas relaciones poco sanas. “Se que me miente, y sabe que yo le miento, pero a pesar de eso no podemos dejar de estar juntos”. En ocasiones, se busca sentir emociones sin medir los costos, ingresando en repeticiones de las que es muy difícil escapar y contaminan.

“Todo vale en el amor”

Poética frase que presenta un complicado panorama, ya que si “todo vale, nada importa”. Toda elección tiene sus consecuencias, y la responsabilidad afectiva no es sólo con la pareja, sino también con uno mismo. La única manera de poder cuidar a alguien, es sabiendo proteger el propio mundo interno, dando lugar al crecimiento, y así construir un sano vínculo.

Texto: Lic. Germán Rothstein.

Imagenes: Pixabay.