«Una pandemia agobia, un mundo externo con grandes renuncias y pocas opciones… monotonía que harta, ¿hay pulso?».
Insisten en el discurso de los pacientes algunas frases, cuyo denominador común es el hartazgo:
“Estoy harto de todo esto que estamos viviendo”.
“Me pone mal, ¡no quiero más esto!”.
Según la RAE, el término “hartar” puede definirse como:
“Fastidiar, cansar”. “Dar, suministrar a alguien con demasiada abundancia”.
Las renuncias día a día viviendo en situación de pandemia parecen prolongarse al infinito, dando la sensación de una repetición inacabable, especie de “sin fin” de restricciones y monotonía.
“Estoy como anestesiada, todo es igual… no hay nada que me motive”.
Falta de variantes y sorpresas… casi un “sin pulso” cotidiano que lleva al hartazgo.
“Dar demasiado de algo”, responde al exceso.
Ante el exceso de repeticiones abrumadoras, se corre el riesgo que la ruptura sea del orden de lo abrupto, generándose un “des-orden en el exceso”: clandestinidad-es… riesgo real de “quedarse sin pulso ni latidos” en el cuerpo.
¿Qué hacer con esta monotonía que satura y harta?
Históricamente el ser humano ha tenido una gran capacidad de adaptación ante los desafíos del medio ambiente.
Lo costoso de la situación pandémica es lo sostenido en el tiempo de las renuncias al mundo exterior, que impactan emocionalmente en cada persona.
Des-obedecer las restricciones de manera desaforada, puede generar un riesgo de vida, por la saturación del sistema de salud.
Pero ten en cuenta que ¡siempre hay opciones!
La ruptura de la monotonía puede realizarse dentro de “lo posible”. Dicho posible puede buscarse tanto en el mundo exterior como interior de cada sujeto.
¿Hay pulso? ¡Claro!
Solo tienes que buscarlo en lo posible de tus mundos habitables.
Intenta encontrar actividades que generen disfrute en un limitado pero posible mundo externo que te toca habitar, aprendizaje de reconectarte con la simplicidad de esos pequeños y sentidos momentos de la vida.
Mirar-te a ti mismo… en ese mundo interior propio y genuino, conectándote con tus emociones.
Algo vibra… ¡lo sientes!
Es tu deseo que juega, baila… cosquilleo de vida.
¡Hay pulso!
Texto: Lic. Germán Rothstein.
Imágenes: Pixabay.
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Muy buen tema para tratar y resolver…es difícil , pero con alegría ,y conformismo ante lo sólo posible se puede…
La risa y el optimismo , y la esperanza que todo se resolverá llevarán de la mano hacia un futuro cercano dichoso..