Cada persona en su cotidianeidad sostiene una rutina de compromisos y responsabilidades, que suele tornarse muy costosa.
Ante esto, se suelen buscar actividades o hobbies que funcionen a modo de espacios de desconexión.
Pequeños mundos, poderosas ficciones se vuelven tentadoras para el sujeto.
¿Qué hace a las ficciones tan convocantes y atrapantes?
Ante el peso de las obligaciones diarias, la posibilidad de “escaparse a un mundo paralelo”, se torna irresistible.
Se escuchan en algunos pacientes, dificultades al momento de tomar distancia, o interrumpir el ingreso a esas ficciones elegidas.
Ficciones que en un inicio se las prueba como una alternativa para distraerse un rato, progresivamente van tomando más y más tiempo, costando renunciar a ellas.
De tomarse un momento para la ficción, a ser tomado por la propia ficción.
Cuando un pequeño submundo adquiere una excesiva importancia, de sentirse una distracción, se vuelve casi una adicción.
Al decir de una paciente: “Esas sensaciones de intensidad y de intimidad, generan un nivel mental del que cuesta salir”. (Pueden pensarse esas sensaciones de tanta intimidad e intensidad, en posibles conexiones con aspectos inconscientes).
Se vive rodeado de ficciones: espectáculos deportivos, competencias artísticas, virtualidad (cuando la realidad virtual se vuelve más real que la propia realidad concreta), juegos de apuestas, video juegos, etc.
En cada una de ellas se desarrollan códigos, personajes, roles y lenguajes propios, que suelen tener validez y jerarquía solo dentro de esa ficción.
¿Qué hacer cuando una ficción deja de ser opción, para tornarse «la única realidad deseable»?
Si sientes que esa ficción te ha “robado el corazón”, y es casi lo único que te hace sentir vivo, gran renuncia sería abandonarla por completo.
Pero tampoco es sano sumergirte en tu ficción en exceso, “esa adicción” te hará caer por su propio peso.
Cuestiona el exceso, buscando un equilibrio entre realidad y ficción, pudiendo distinguir entre momentos de conexión y dispersión.
Para finalizar, te invito a reflexionar:
¿Quién decide sobre tu vida: una tentadora ficción, la pesada realidad que te avasalla o tu deseo interior?
Texto: Lic. Germán Rothstein.
Imágenes: Pixabay.
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Totalmente atrapante. Las ficciones nos comprometen y debemos poner distancia y equilibrio entre el compromiso con los seres con los que compartimos esa ficción. Y los otros entornos. Incluso el trabajo puede ser una realidad dónde refugiarnos y puede convertirse en una obsesión atrapante
Ficciones? Realidades paralelas??? La rutina y los espacios de desconexión ambos construyen nuestra realidad… Por qué ficciones??? Nuestro deseo interior puede ser la desconexion y la rutina conplementariamente
La realidad en que vivimos y creamos es la que dirige nuestras acciones. Le damos lugar a la aparición de espacios de desconección, que , en general, no tienen nada que ver con el objetivo principal de nuestra existencia como son el trabajo , la familia, los amigos etc….