“¿Celar es amar?”

“Cuando se ama de verdad, el amor no tiene límites”. Falsa creencia, ilusión de pureza que suele funcionar como excusa para justificar actos excesivos sobre quién se dice “querer desde lo más profundo del corazón”.

Una de las bases de un vínculo sano, es poder escuchar el deseo del otro, respetando su diferencia.

Mis celos son una muestra de amor, te celo porque te amo”

Justificación falaz, de intentar convencer a quien es abrumado por una intensidad emocional que carcome.

Los celos surgen por el miedo a perder a quien se ama, intentando un control desmedido, para calmar la ansiedad persecutoria de ser dejado.

El celoso, ante la falta de amor propio, necesita con desesperación el amor de su pareja, y no admite que un tercero pueda recibirlo.

El amor que otro da, llena el amor que le falta, siendo inversamente proporcional la cantidad recibida a lo que siente que vale su mundo interior.

¿Se cela solo en tiempo presente?

Al estar conociendo a alguien, algunas personas se muestran muy curiosas sobre su historia, buscando contenido que sirva como razón para celar.

Los celos “no suelen responder a tiempos”, apareciendo incluso sobre gente del pasado de la pareja actual.

El intento de control se torna desmedido, tomando hasta los “likes” de las redes sociales como motivo para generar escenas dramáticas de tintes novelescos, que no suelen corresponderse con la realidad. Quien es receptor, muestra sorpresa, impotencia y enojo ante lo que escucha.

Sos mío y de nadie más”

Poderosa fantasía de poseer al otro como propiedad exclusiva, especie de garantía de amor eterno.

Manera de contrarrestar el tan temido vacío del des-amor, que se produce por la pérdida de la atención y el deseo del otro: “ya no me mira como antes, no entiendo que sucedió”.

¿Por qué cuesta tanto confiar?

Por el miedo a ser traicionado, el celoso se gradúa de “maestro en la sospecha”, llegando en casos extremos a formular ciertos planteos con tonos delirantes.

La persona en quien no confía inicialmente el celoso, es en sí misma.

«Con-fiarse«

Animarse a depositar la confianza en alguien por sus cualidades y promesas.

“¿Serás de fiar, seré de fiar?”

Poder fiarse no solo del otro, sino del propio mundo interior, es el comienzo de una sana conexión con uno mismo.

Un sano vínculo se construye al permitirse una confianza mutua, en el que cada integrante se desarrolle, y desde el fortalecimiento interno contribuya al crecimiento de la relación.

Texto: Lic. Germán Rothstein.

Imágenes: Pixabay.

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