
Los celos son una emoción humana, fuente de angustia y confusión. Desde una perspectiva psicoanalítica, se consideran como una compleja interacción de deseos, miedos y ansiedades. Se vinculan a sentimientos de insuficiencia, experiencias infantiles no resueltas y deseos inconscientes.
«¿Envidiar celosamente?»
La envidia se relaciona con el deseo de tener lo que otra persona posee o disfruta, a menudo acompañada de un impulso de quitárselo o arruinarlo. Implica una relación entre el sujeto y una sola persona u objeto.
Los celos se basan en la envidia, pero involucran una relación con al menos dos personas; se centran principalmente en el amor que el sujeto siente que le corresponde y que le ha sido arrebatado o corre el peligro de serlo por un rival. Casi siempre implican un tercer objeto, ya sea una persona o una cosa, y a menudo se asocian con el miedo a perder algo que ya se tiene.
«No puedo… no toleraría perder-te»
Los celos, constituyen una manifestación de inseguridades subyacentes, con una sensación frágil de autoestima. Surgen de un miedo a perder algo o a alguien valioso, por una falta de confianza en uno mismo, sintiéndose indigno o no merecedor.

Freud identificó una «herida narcisista» como componente de los celos, refiriéndose a una lesión en el ego. Podría pensarse como un componente del dolor de la pérdida real, inminente o potencial.
De esta manera, distinguió entre diferentes tipos de celos:
– Normales: son de naturaleza competitiva y pueden tener un componente motivacional real en el mundo exterior, impulsando al individuo a recuperar el interés de su pareja o a buscar venganza.
– Proyectados: se originan en la propia infidelidad o en pensamientos de engaño. Debido a estos propios impulsos, la persona puede malinterpretar signos inocentes como evidencia de que su pareja está teniendo una aventura.
– Delirantes: forma de celos mórbidos y enfermizos, que se asemejan a la paranoia. Una persona que sufre de celos delirantes cree que su pareja está engañando o lo hará eventualmente, a pesar de la falta de evidencia.
“Cuando se ama de verdad, el amor no tiene límites”
Falsa creencia, ilusión de pureza que suele funcionar como excusa para justificar actos excesivos sobre quién se dice “querer desde lo más profundo del corazón”, romantizando conductas patológicas.
Una de las bases de un vínculo sano, es poder escuchar el deseo del otro, respetando su diferencia.
“Mis celos son una muestra de amor, te celo porque te amo”
Justificación falaz, de intentar convencer a quien es abrumado por una intensidad emocional que carcome.

Los celos surgen por el miedo a perder a quien se ama, intentando un control desmedido, para calmar la ansiedad persecutoria de ser dejado.
El celoso, ante la falta de amor propio, necesita con desesperación el amor de su pareja, y no admite que un tercero pueda recibirlo.
El amor que otro da, llena el amor que le falta, siendo inversamente proporcional la cantidad recibida a lo que siente que vale su mundo interior.
¿Se cela solo en tiempo presente?
Al estar conociendo a alguien, algunas personas se muestran muy curiosas sobre su historia, buscando contenido que sirva como razón para celar.
Los celos “no suelen responder a tiempos”, apareciendo incluso sobre gente del pasado de la pareja actual, siendo así retroactivos o retrospectivos (“enloquecedora competencia contra fantasmas”).
“Sos mío y de nadie más”
Poderosa fantasía de poseer al otro como propiedad exclusiva, especie de garantía de amor eterno, tanto hacia el pasado como en el presente y futuro.

Manera de contrarrestar el tan temido vacío del des-amor, que se produce por la pérdida de la atención y el deseo del otro: “ya no me mira como antes, no entiendo que sucedió”.
El intento de control se torna desmedido, tomando hasta los “likes” de las redes sociales como motivo para generar escenas dramáticas de tintes novelescos, que no suelen corresponderse con la realidad.
Los sentimientos de celos pueden generar ansiedad debido a la preocupación o la sospecha, lo que lleva a las personas a dudar de sí mismas y de sus parejas, resultando en inseguridad y falta de confianza. En casos extremos, los celos pueden conducir al auto-sabotaje emocional, donde los individuos se involucran inconscientemente en comportamientos que socavan la seguridad o confianza.
¿Por qué cuesta tanto confiar?
Por el miedo a ser traicionado, el celoso se gradúa de “maestro en la sospecha”, llegando en casos extremos a formular ciertos planteos con tonos delirantes.
La persona en quien no confía inicialmente el celoso, es en sí misma.
“Con-fiarse: ¿serás de fiar, seré de fiar?”
Animarse a depositar la confianza en alguien por sus cualidades y promesas.
Poder fiarse no solo del otro, sino del propio mundo interior, es el comienzo de una sana conexión con uno mismo, buscando ayuda psicológica de ser necesaria.
Un sano vínculo se construye al permitirse una confianza mutua, en una comunicación abierta y honesta con el otro; en el que cada integrante desarrolle su autoestima desde el fortalecimiento interno, contribuyendo al crecimiento de la relación.
Texto: Lic. Germán Rothstein.
Imágenes: IA y Pixabay.
Referencias Bibliográficas:
S. Freud, «Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad» (1921)
Bien claro todo, deberíamos tener más amor propio y no esperar tanto del otro. Igual creo que cuando se ama de verdad no hay posibilidad para un tercero, no se está maquinando sobre un plan b .