“Ansiedad: temblores internos”

Aquellas cuestiones no resueltas en la historia de cada sujeto, se suman a un contexto que abruma por una gran crisis social, económica y cultural.

Tambalea el mundo exterior,  siendo difícil “hacer pie”, en un gran estremecimiento interno.

 

 “Mi cuerpo está quieto, pero siento que tiembla por dentro”.

Significativa expresión, referencia de un sufrimiento que va más allá de lo visible. Temblores de un cuerpo que no se ve, pero que se siente fuera de control.

Desesperación por no poder encontrar calma, una mente que se acelera con ideas  que se imponen y agitan el alma.

“Noches agitadas”

En la cama cuerpos giran, “poseídos” por la ansiedad.

Mentes no frenan, cadenas de pensamientos se tornan infinitas en sus repeticiones, carcomiendo como el picoteo de un pájaro carpintero.

Noches de insomnio eternas, búsqueda constante de una paz que se escapa.

Querer decir y no poder, gritos silenciosos que se ahogan en una angustia intensa.

“Algunas palabras sobre un momento sin palabras”

En el consultorio, en ocasiones esta ansiedad se siente y se hace presente sin que el paciente pueda poner palabras.

El decir en una mirada, ojos brillan y destellan.

El tono de una voz, un discurso duda y se quiebra.

Tensión de un cuerpo, manos y pies se agitan, uñas se muerden y desgarran.

Dedos se entrecruzan y suenan, llenando sus chasquidos el silencio de lo todavía no dicho.

Algunas palabras sobre un momento sin palabras, de expresiones no audibles pero escuchadas.

“Mar de palabras: respirar es posible”

Ansiedad, voraz incendio ahoga por dentro, palabras derramadas inundan el ambiente en un intento desesperado por buscar la calma.

Ante esto, comienzan a abrirse preguntas a modo de oxigenación, que invitan a la persona lentamente a poder escuchar, brindando un cauce y un ritmo discursivo con pausa.

Interrogar el sufrimiento, rompiendo el encierro con cambios de escenarios, recuperando el dominio de la propia mente.

Tiempo de espera necesario, que permita aprender a surfear esas oleadas de ansiedad, en un reencuentro con el propio deseo y sentir.

Texto: Lic. Germán Rothstein

Imágenes: Pixabay.

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