“Valientes soñadores, con alas de colores”

 
 

 
Cuando un país atraviesa momentos de crisis socio-cultural y económica, el mayor impacto es sufrido por los niños.
Esto queda en evidencia cuando llegan niños en situación de vulnerabilidad al consultorio .

En un inicio se realizan las llamadas entrevistas iniciales con su madre, su padre o adulto responsable a cargo.
Incluso en algunos casos, durante el desarrollo del tratamiento se concretan encuentros con algunos miembros del personal de la escuela a la que asiste el niño.
 
A continuación, algunas frases llamativas extraídas de dichas entrevistas:
 
  • “¿Qué hacemos con “Juancito” que se porta mal? Es terrible, no lo queremos más en la escuela.”
    “ A “Pedrito” hay que mandarlo al neurólogo, al psiquiatra. No puede portarse bien, no puede quedarse quieto y sentado, hay que medicarlo para que no la pase tan mal”.
    (Cabe preguntarse: Niño o adulto, ¿Quién estará más desbordado?, y ¿ los derechos del niño dónde habrán sido olvidados?)
  • “ La verdad te felicito, que increíble lo que lograste con este niño, ¡sos un domador de fieras!”
    (intento fallido de felicitación, a partir de una frase sumamente cruel, que lleva a preguntarse: ¿de qué lado quedará la fiera que necesita ser domada?)
 

 
A partir de lo escuchado en entrevistas iniciales, y principalmente desde lo expresado y desplegado lúdicamente por niños a lo largo de sus tratamientos, tiene origen el siguiente escrito:
 
“Niños que lloran y sufren, de mirada y contención carecen,
algunos adultos se quejan, haciéndoles sentir que los padecen.
 
Niños que son vistos por algunos adultos como fieras que no sostienen ni toleran…
adultos que no pueden con sus propios monstruos, siendo ellos las fieras.
 
Niños que no asisten a la escuela, sin familia ni hogar, sin suelo…
no sonríen ni juegan, niños sin consuelo.
 
Niños con dolor en el alma, alma que llora y lágrimas derrama,
niños que necesitan amor verdadero y ser arropados juntos a su peluche en su cama.
 
Niños que viven dolorosas y crueles realidades que opacan su sonrisa y brillo,
historias de vida que dejarían sin aliento hasta al más valiente, fuerte y pillo.
 
Niños, esos seres vulnerables, sienten la burla con dolor en el alma,
niños necesitan ser abrazados y contenidos por quienes pueden devolverles su calma.
 
Niños, pequeñas luciérnagas brillantes que vuelan,
iluminando mágicamente el horizonte con su sentir y espontaneidad verdadera.
 
Niños, valientes sobrevivientes en un cruel mundo que no eligieron y los rodea,
con sus juegos y fantasías sobreviven en un universo maravilloso que crean y recrean.
 
 
Niños, esos gigantes soñadores que vuelan y vuelan,
desplegando sus alas de colores frente a viento y marea…”
 

Texto: Lic Germán Rothstein

Contribución Plástica: Marisol M. (Chile)

 

                                               ¿Qué ves cuando me ves?

 




Miro las manitos, sus pelos, el punto del tejido. Miro otra vez las venas de sus manos, su oreja, el pantalón. Ahora miro la carga, sus espaldas y el cielo de fondo. Él está sujeto, ceñido, estrecho. No es solo lo que veo, también es lo que no está en la foto de Marta Rodríguez. Falta algo en la foto y es todo lo que no salió cuando gravaron su cuerpo en los ladrillos. Falta su voz y en la foto falta su boca. Ya miré y vi lo horrendo en sus ojitos porque perdimos juntos la inocencia a mirada armada.

Foto de Marta Rodríguez y texto de Mauricio Gutiérrez.




Firmado por: SAFE CREATIVE, S.L.. A fecha: 28-may-2017 18:20:18 UTC
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