
Algunas palabras gozan de buena fama, otras son criticadas en el lenguaje popular.
Pero que carezcan de buena reputación, no significa que sean poco importantes en el discurso de la vida cotidiana.
“Una palabra positiva”
Tener la posibilidad de decir que sí, habilita opciones, afirmando elecciones.
Sí quiero, frase simbólicamente importante al tomar decisiones en momentos trascendentales.

¿Pero qué sucede si se dice a todo que sí?
Fantasía de creer que se tiene una elección plena, pero el costo de decir en exceso que “sí” a la demanda de los otros, tiene como costo el “no” en uno mismo.
Si bien el acto de decir «sí» puede proporcionar un alivio inmediato de los temores al rechazo, al conflicto o a la decepción, ofreciendo una gratificación instantánea o la evitación de un malestar momentáneo, esta comodidad a corto plazo disfraza el dolor difuso, pero acumulativo, que surge del exceso de compromisos, la ansiedad y el estrés.
La mente humana, en su tendencia a priorizar la disminución de tensión emocional inmediata, puede quedar atrapada en un ciclo de complacencia perpetuo, donde el beneficio percibido a corto plazo prevalece sobre el costo a largo plazo, a menudo no reconocido.
“Dos letras, una palabra poderosa: NO”
Expresión que resuena potente en el mundo interior, tanto de quién la dice como de quién la escucha.
La capacidad de pronunciar la simple palabra «no» se presenta como un desafío significativo para muchas personas. Este fenómeno es más común de lo que se imagina, trascendiendo la mera dificultad personal para convertirse en un patrón psicológico y social extendido.

“Me cuesta decir que no, tengo miedo de lastimar a las personas que quiero”.
Falsa creencia, arraigada socialmente, teñida de egoísmo.
El negarse, no significa dañar a otro. Pero el temor de dejar de ser querido pesa, transformándose una respuesta en positiva, aunque se desea lo contrario.
Aprender y habilitarse a decir que “no”, a pesar del enojo del otro, es parte de crecer.
“Construyendo un ser asertivo”
La aserción (término incorporado en el año 1958, por Joseph Wolpe), es una habilidad de comunicación que permite a las personas expresar sus necesidades, opiniones y límites de forma clara, directa y respetuosa, sin caer en la sumisión pasiva o la confrontación agresiva. Se trata de encontrar un equilibrio saludable entre las propias necesidades y las de los demás.

Ser asertivo es expresar algo propio hacia los otros, mientras que la empatía es justo lo contrario, es un canal de fuera hacia dentro, que impacta en las propias emociones. Sin embargo, la conducta asertiva incluye tener empatía.
“Límites con humor”
Existen estrategias que combinan asertividad con un toque de humor, facilitando la comunicación de una negativa de manera efectiva y respetuosa:
- La Técnica del «Sándwich» Consiste en insertar la negativa entre dos afirmaciones positivas. El humor puede integrarse hábilmente en las afirmaciones positivas o en la forma de comunicar la negativa, haciendo que el rechazo sea más fácil de aceptar.
- Ejemplo práctico con humor: «¡Me encanta tu energía para este proyecto, es absolutamente contagiosa! Pero, con mi agenda actual, si aceptara, terminaría pareciendo un mapache sin dormir y con menos neuronas que un calcetín. Así que, con toda la pena del mundo, esta vez tengo que pasar. ¡Pero cuenta conmigo para otra aventura cuando mi cerebro haya vuelto de sus vacaciones!».
- La Técnica del «Disco Rayado» Cuando se enfrenta la insistencia, se debe repetir la negativa con calma y firmeza, sin dejarse arrastrar a discusiones o justificaciones extensas. El humor aquí puede residir en la ligera absurdidad de la repetición constante o en una frase ligera e inalterable que acompañe la negativa.
- Ejemplo práctico con humor: «Entiendo perfectamente que te gustaría que fuera, pero mi sofá y yo tenemos una cita ineludible con Netflix esta noche. Como te decía, mi sofá y yo ya tenemos planes muy serios. Sí, es una relación bastante comprometida».
- La Técnica del «Banco de Niebla» Implica reconocer el punto de vista o los sentimientos de la otra persona sin ceder a su demanda. Se valida su perspectiva mientras se mantiene firmemente la posición. El humor puede suavizar sutilmente esta validación.
- Ejemplo práctico con humor: «Comprendo perfectamente que esto sea importante para ti, y de verdad valoro que pienses en mí para esto. Entiendo tu situación, de verdad que sí. Pero mi capacidad de decir ‘sí’ hoy está en modo ‘ahorro de energía’. Así que, aunque te entiendo, no puedo ayudarte en esta ocasión».
- La Técnica del «Aplazamiento» Cuando no se está seguro de cómo responder de inmediato, se debe ganar tiempo para pensar antes de dar una respuesta definitiva. Un aplazamiento humorístico puede ser una forma efectiva de hacerlo sin sonar despectivo.
- Ejemplo práctico con humor: «Déjame consultar con mi bola de cristal… o al menos con mi agenda y mi nivel de cafeína. Te doy una respuesta mañana, ¿te parece? Mi cerebro está un poco nublado hoy».

- Ofrecer Alternativas o Compromisos En lugar de un «no» rotundo, se puede sugerir una solución alternativa o un compromiso que funcione para ambas partes, demostrando buena voluntad. El humor puede introducir esta alternativa de manera amigable.
- Ejemplo práctico con humor: «No puedo ayudarte con eso ahora mismo, mi cerebro está en modo ‘vacaciones’. Pero si quieres, puedo echarle un vistazo la próxima semana, cuando mis neuronas hayan vuelto de su crucero por el Caribe».
- Humor Auto-despreciativo Se puede bromear ligeramente sobre uno mismo (nunca sobre la otra persona) para explicar una limitación o la incapacidad de cumplir la petición. Esto desarma posibles críticas y muestra humildad.
- Ejemplo práctico con humor: «Me encantaría, de verdad, pero mi capacidad multitarea es tan buena como un cuchillo de madera. Así que, para no arruinarlo todo, prefiero no comprometerme con eso».
- Exageración Humorística o Modismos Utilizar modismos españoles comunes, a menudo humorísticos, o frases exageradas para transmitir imposibilidad o una negativa rotunda de manera desenfadada.
- Ejemplos prácticos con humor: «¡Ni en un millón de años!», «Cuando las ranas críen pelo, reservamos y vamos», «Sigue soñando».
“Paredes de amor”
Cada “no” es un ladrillo en la construcción de los límites, para otro y uno mismo.
Debe ser expresado y sostenido desde el respeto y la firmeza, nunca desde la violencia.
Desde la infancia molesta recibir un “no”, y en la adolescencia esa palabra es sentida como terrible y motivo de “odio” a quien la expresa.
Pero ese límite que tanto duele, no deja de buscarse una y otra vez, porque detrás de cada “no”, se sostiene a esa persona desbordada.

De esta manera, mantener el “no” es un acto de amor, hacia otro y para uno mismo.
Texto: Lic. Germán Rothstein.
Imágenes: generadas por IA.
Investigación bibliográfica: Gemini IA.
Referencias bibliográficas:
J. Wolpe, «Psicoterapia por inhibición recíproca» (1958)
- Lazarus, «Técnicas de terapia de conducta» (1966)