Un bebé nace dejando atrás la “redonda panza de su mamá: su pequeño gran mundo intrauterino”. Un cordón umbilical se corta, bocanadas de aire y un llanto de vida, ¡respira! Una mirada se ilumina.
Desde esa primer mirada, una realidad comienza a ser percibida de manera única y especial.
Sigue leyendo