“Estar solo” en una época atravesados por la virtualidad, ¿es posible?, ¿es soportable?.
Amigos virtuales que se conectan a través de vídeo juegos, amigos concretos con los que compartir cara a cara, escasean. ¿Qué sucede cuando amigos virtuales parecieran ser esos únicos con los que se comparte algo en común?